Como siempre,
“La primera vez que escuché la Salve Rociera pensé que el estribillo decía: “Leo leo leo leo leo leo”, pero luego caí en que era una canción andaluza y eso no podía ser. #ViernesSanto”. Este fue el chiste por el que una muchedumbre furiosita en Twitter pidió hasta que le despidieran de la serie bajo amenaza de boicot. ¿Un guionista de una serie cuya premisa es la de juntar topicazos de dos comunidades opuestas tirando de tópicos para hacer gracietas en una red social? ¡¡¡AY AY AY CHIHUAHUA!!! ¿Cómo pueden dejar que semejante desgrasiao forme parte del equipo? ¡Cómo osa a reírse de los andaluces ese espécimen!
No sé, pero al tipo le pagan precisamente para eso, así que lo mismo más que un despido se merece un aumento. Es más, no sé por qué pide nadie su despido si esto es lo que hemos alimentado nosotros, la audiencia, el consumidor, desde Ocho apellidos vascos, tirando nuestros billetes a toda comedia cuyo humor se resuma en caricaturizar estereotipos de comunidades autónomas y reventando los indices de audiencia de Antena 3 cuando las han adaptado a la pequeña pantalla porque no sabían con qué rellenar los huecos entre anuncios.
Tal y como se está desarrollando la entrada, parece que me masturbo pensando en la idea de encerrarme en una jaula y dejar que Sergio Santesteban se ríe de mí mientras me tira cacahuetes a la cara y me grita "VENGA PISHA, QUE LEER IGUAL NO, PERO UN CHISTE SÍ QUE TE SABRÁS, ¿NO? JAJA OLE ARSA", así que toca hablar de la mano amiga que le tendieron cómicos y guionistas, pidiendo relax, que el humor es humor y jamás debería llegarse al extremo de semejante escarnio público y menos aún de perder el puesto de trabajo por un chiste, por malo que sea. Y, por la cuenta que me trae, estoy de acuerdo en este punto. Es más, personalmente pienso que, porque este blog no lo lee nadie, no soy nada activo en redes sociales y ando con pies de plomo con lo que digo fuera de círculos íntimos, pero si no cualquier día yo mismo podría verme en su situación y seguramente lo pasaría fatal. Pero claro, es que el colega vive en parte de escribir comedia con clichés andaluces. Dedicándose a eso y suponiendo que debe tener su buena porción de audiencia de aquí abajo, veo el tuit equivalente a esto:
Por último, he de admitir que el chiste me jodió un poco, pero basta con ver las dos últimas entradas para ver que, de quejarme, debería cambiarle el nombre al blog por La visión hipócrita. Y es que, cuando te ríes cuando hacen chistes que pueden ofenden a los demás (que en estos tiempos tampoco es que sea muy difícil), has de apechugar y aceptar cuando se ríen de ti. Es algo que me cuesta bastante trabajo pero que compensa.
¡Por cierto! Casi se me olvida comentar lo siguiente: leí a gente cuyo argumento para ir a cuchillo a por el tipo era que el chiste de La Salve Rociera no era un caso aislado y que Santesteban va a saco a por nojotro por otro tuit en el que decía que con ese nombre el Cristo del Cachorro debía robar coches o no sé qué mierda. Qué queréis que diga, si ahora resulta que meterse con una cosa de un barrio de Sevilla es meterse con todos los andaluces pues nada, hacemos Declaracion Unilateral de Independencia (que en nuestro caso tenemos al resto de España más por hacer palanca en Despeñaperros para echarnos a África que por el 155), cambiamos el nombre del territorio a Estado Cristiánico y nos dedicamos a atentar por el mundo.