martes, 10 de abril de 2012

Problemas de la vida.

Uno de los primeros grandes problemas al que me enfrenté en mi vida fue mi "frikismo", por llamarlo de alguna manera. Desde que tengo memoria he gozado de una gran imaginación, y cuando me aburría o me sentía solo mi mente viajaba a mundos alternativas de magia y fantasía, con dragones, princesas en peligro, y donde yo era una mezcla entre Goku, el Rey Arturo y el príncipe de Persia. El problema vino cuando al llegar a la adolescencia decidí mudarme a esos lares a través del vicio a los MMORPG.

Obviamente, mi adicción a esta clase de juegos alertó rápidamente a mis padres, que supieron ver señales de que algo no iba bien cuando pasaba noches enteras sin dormir jugando y usando una antorcha como fuente de luz, recitaba frases en un idioma extraño cuando quería encender un fuego de la cocina o pedía que me dieran la paga en oro o en adenas en lugar de en euros. No obstante, no fueron conscientes de la gravedad de la situación hasta que me preguntaron que quería ser de mayor, y yo respondí "Paladín". No ayudó mucho que intentase tranquilizar a mis padres argumentando que, aunque sabía que donde hay trabajo y se gana dinero es en la nigromancia, ser paladín era mi vocación, y merecía la pena dedicarme el resto de mi vida a ello.

Como era de esperar, fui al psicólogo, y allí me intentaron hacer ver que la idea de querer hacer de paladín una profesión era una estupidez. Que me quisieran hacer ver como un idiota me puso de los nervios, así que me propuse cerrarle la boca a todos. Así es como acabé presentándome a las oposiciones a Policía Nacional, con la intención de entrar en la UIP (lo que vienen a ser antidisturbios). Pronto descubrí de que no serviría para ese trabajo, ya que al copiar en el examen apuntaba a maneras para ser un buen corrupto, y al verme en tanta ventaja frente a mis oponentes me iba a resultar imposible no dejarme seducir por la tentación del PVP fácil, así que acabé abandonando ese proyecto...

¿Continuará?

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