martes, 26 de abril de 2011

Si juegas con fuego, no te quejes si te quemas luego.

Tomad pareado en el título shurmanos. Estoy hecho todo un poeta urbano. Os voy a contar lo que me pasó ayer con un fulano. Estábamos tomando unas cervezas cuando entró en escena un chico mulato. Poco habría importado, de no ser porque el tío estaba mazado, y a mi acompañante le gusta ser enculado. No creáis que me incomodan sus gustos amorosos, pues mi posición al respecto es que cada cual que se acueste con quien quiere, y, dependiendo de su destreza en las artes amatorias o su estado civil, cuando quiere o cuando puede.

El caso es que mi amigo quiso atraer la atención del chico guiñándole un ojo, a lo que el muchacho respondió poniendo cara de extrañado. El cortejo continuó con el Don Juan pidiéndole al camarero "señor, al único que no es de es de tez blanca, de mi parte sírvale una fanta". El latino, al oir a mi compañero, respondió "agradezco la invitación, mas el gimnasio me receta no consumir refrescos en mi dieta, así que no me queda otra que rechazarle por el bien de mi alimentación".

"Dejémonos pues de tonterías y pasemos a la acción" respondió mi amigo rápidamente, "vayamos a mi casa y follemos salvajemente". El joven mulato, harto del descaro de este muchacho, alzó la voz y dijo "el sexo anal no es de mi gusto. A mí lo que me hace disfrutar es un buen busto. Si sigue usted insistiendo, me veré obligado a tratarle con mis puños de forma hostil". Vaticinando lo que iba pasar, quise intervenir. "Disculpa a mi compañero", dije, "se encuentra muy solo desde que no tiene con quién dormir. Ha tenido una mala ruptura, y desde entonces los rechazos le cuesta asumir. Te ruego pues, que le perdones, pues si anda como un mandril no es culpa suya, es del desengaño".

Y el colega tuvo que dejarle marchar, a pesar de querer subirse con él al altar. Le hice comprender que mejor así, pues si el acoso continuaba, su cara no tardaría en romperse. Y, estando el desfigurado, quien iba a querer joderle, literalmente.

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