Era una maravillosa tarde de primavera, y con 30 grados a la sombra era casi inevitable acompañar el taller de fieltro con una botella de cruzcampo. Tenía que hacer grandes esfuerzos para reprimir mis deseos alcohólicos. Todo parecia ir bien hasta que llegó un hombre trajeado, paró frente al puesto y preguntó qué opinión teniamos sobre los yogures Danone. El tipo se puso muy agresivo cuando le dije que me parecian mejores los griegos de Hacendado...
-¡¡Maldito cabrón!! ¿¡Sabes las pérdidas que tenemos por culpa de las marcas blancas y sus consumidores!?
-Oiga, no me insulte que hago lo que haria cualquier empresario: ahorrar pasta a toda costa.
Dicho esto, el hombre se derrumbó.Su llanto nos mostró a un hombre deprimido y desesperado. Entre lágrimas, comenzó a balbucear:
-Si...siento haber sido tan borde... Mi mujer me ha dejado hace dos semanas, y quiere quitarme la casa y la custodia de los niños...
Al oir sus palabras tuve una revelación: "este hombre necesita un trago"
Y ahí me he quedado, ya vere si continuo con esta absurda historia algún día.
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